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Feb

¿Qué es el arco?

EL ARCO COMO ELEMENTO ARQUITECTONICO

Por J. Manuel Aldana Zárate

“Arco, del latín arcus, es el elemento constructivo lineal de forma curvada, que salva el espacio entre dos pilares o muros. Está compuesto por piezas llamadas dovelas, y puede adoptar formas curvas diversas”[1] y según Gloac, el arco es el segundo descubrimiento estructural importante después del sistema adintelado y que modificó la manera de construir

Se considera que la aparición del arco como elemento constructivo fue en Mesopotamia en obras de drenaje y subterráneas, y posteriormente se extendió su uso a Roma en obras sobre la superficie.

¿Cómo se descubrió al arco como una forma de soportar cargas para proporcionar espacios cubiertos a las actividades humanas?

Las referencias sobre los primeros usos del arco nos dan un indicio de las causas que originaron su descubrimiento, si se utilizó por primera vez en obras subterráneas fue debido a las grandes cargas que habría que soportar por las enormes cantidades de tierra sobre los túneles excavados, sin embargo, pensemos en el origen antes aún de su descubrimiento como un elemento de soporte, y así, podremos comprender que quizá, la forma circular para soportar la carga en el subsuelo fue por la extensión de las extremidades de un individuo ante la carencia de elementos técnicos, rascando así hasta donde sus brazos podían alcanzar, y probablemente, antes de la deducción fue la inducción, antes de la técnica estuvo la limitación existencial física misma del individuo ante la necesidad de continuar avanzando en una obra que requería de soluciones por la  supervivencia en las profundidades, y así, vino después la deducción, vino la conjetura para poder avanzar, primero fue el resultado del  inconsciente, luego del conciente

¿QUE ES EL ARCO?

Desde este punto de vista, el arco es una mera extensión de los brazos del individuo que sirvieron para bosquejar un trazo de supervivencia, permitió que la condición humana buscara soluciones que permitieran la prolongación de su existencia en un medio natural donde el individuo se encontraba expuesto, pudo entonces modificar el espacio natural y generarse condiciones de seguridad de forma artificial, creando una analogía de extensión del ser humano en el medio ambiente virgen.

El arco en su concepción más pura, no es más que una representación gráfica de la necesidad de integración del ser humano con su entorno inmediato, de la búsqueda de adaptación al universo, de integración al medio, al cosmos, al universo mismo. No requirió el hombre de conocimientos científicos antes de una solución instintiva, es decir, el instinto actuó sabiamente antes que la lógica, el ser se manifestó antes que el hacer, y por eso mismo, pienso que el arco tiene una connotación más allá de una explicación estructural, en primera instancia, el arco se origina en el sentimiento, en la posibilidad de adaptación del ser humano ante las circunstancias de su propia existencia.

¿No es acaso el arco una imagen clásica de pregunta en espera de respuesta?, cuando hablamos de cosmos, de universo, pensaremos inmediatamente en el infinito, en la perpetuidad de la bóveda celeste, si nos preguntamos el por qué de nuestra existencia, no sabemos la respuesta, pero extendemos los brazos a ese poder superior que habita en el infinito mismo para aceptar así nuestra condición y limitación humana, no es el Hombre el creador del cosmos, es un habitante del mismo, y pasarán muchas generaciones y quizá nunca llegue a encontrar la respuesta, pero confiará, con los brazos extendidos dibujando un arco.

El arco es entonces una vez más, en sus principios,  una materialización en una masa pétrea de las necesidades del Hombre por saber, por entender y comprender, por eso se resguarda en la estela que dibujan sus brazos extendidos, por eso retoma el bosquejo y lo lleva al conocimiento, por eso hace de su conocimiento materia, por eso de la materia transformada en arco crea un símbolo de seguridad ante lo desconocido, ante lo exterior.

El arco le garantiza al individuo su interiorización, el arco favorece la mirada al interior, La retrospección invita al autoconocimiento, favorece mirarnos desde adentro para voltear después al exterior, favorece la divergencia antes que la convergencia. El arco contiene al yo, lo retiene, lo resguarda y lo fortalece, y por no ser una circunferencia que lo encierre, le permite salir cuando ha descubierto sus posibilidades, cuando la aceptación ha hecho a su vez su trabajo, le permite entonces escalar el proceso de existencia a través de la relación con los demás, permite una vez que se ha logrado la unicidad, buscar la otredad.

Dicho esto, el arco tiene un origen que difiere de la técnica, y que analoga la necesidad de continuidad de la existencia, y considerando como válido el origen que planteo, la técnica es la deducción y la materialización de la intuición. El arco así visto, entonces tiene la capacidad de soportar grandes esperanzas de existencia, las cargas que pesan sobre él pueden ser mucho mayores a sus significados, pues sus orígenes representan las ambiciones humanas por perpetuarse, de ahí que hasta hoy, tengamos grandes sobrevivientes arqueológicos soportados por arcos en todas partes donde el hombre ha pisado el suelo.

Vayamos entonces a las posibilidades del arco ya como un elemento estructural y arquitectónico. Existen muchas variantes formales del arco utilizados en las diferentes arquitecturas de todos los tiempos desde que apareció en el espacio transformado, pero en todos los casos existen coincidencias en sus características:

  1. Porque era la forma constructiva más fácil en su momento
  2. Porque el hombre se dio cuenta al compararlo con una viga horizontal que estructuralmente soportaba más carga
  3. Además de soportar mayor carga, garantizaba la seguridad por su estabilidad
  4. Porque la circunferencia que trazan sus brazos extendidos se asemeja mucho con su forma.

El arco entonces de acuerdo a estas posibilidades, es un elemento que garantiza la seguridad, que representa también la extensión hombre-cosmos, por lo que quizá represente la posibilidad de identificación con la divinidad, en suma, es un elemento arquitectónico-estructural- divino.

Cuando los arquitectos  pretenden apuntalar un arco con riesgo de hundirse, aumentan la carga en la clave para que así sus piezas se unan con mayor fuerza”[2]

En nuestra arquitectura latinoamericana, el arco de medio punto, alto ó bajo, en la interpretación de los constructores indígenas locales dirigidos por los colonizadores, se manifiesta con un toque de identidad que se vuelve tradicional de las construcciones coloniales, y eso explica el arraigo que hasta nuestros días aparece en los demandantes de espacios construidos para habitarlos. No hacemos lo que pensamos, sino lo que aprendemos, y de generación en generación, el arco ha sido ya parte de nuestro aprendizaje. No sólo es la  necesidad de elementos arquitectónicos bellos ó tradicionales por la sola representación formal, sino la creación de una imagen que represente la esencia del propio usuario, la explicación del por qué  de su existencia, nuevamente  la materialización del bosquejo de la estela que dejan sus brazos extendidos.

El arco puede ser hoy en día de cualquier material imaginable gracias a los adelantos técnicos, pero lo que el constante desarrollo tecnológico no puede modificar es el significado, el origen, y quizá el arco sea un elemento perpetuo en la arquitectura de todos los tiempos futuros, como la búsqueda del saber  también perpetua del ser humano del por qué de su existencia…

Irónicamente, hoy en día es más fácil construir formas rectas, y la curva del arco requiere de mayor elaboración, como síntoma de la no aceptación del hombre por sus necesidades, de simplificación de los procesos olvidando las esencias, olvidando los anhelos de supervivencia, olvidando que el arco requiere de paciencia para construirse, requiere de aplicar la intuición en los procesos constructivos, la técnica y la simplificación de los procesos olvida, pero el arco nos recuerda que somos seres con imaginación, nos remonta a nuestra necesidad de perpetuarnos en el universo. El arco soporta grandes cargas, aún las del tiempo y de las modas, aún las de la soberbia y la no aceptación, el arco siempre estará allí, callado, soportando, cargando, embelleciendo, esperando a que nos ubiquemos bajo su traza para invitarnos a extender los brazos y hacernos divergentes, concentrarnos primero en nuestro interior para salir después al exterior, que no es una casualidad, es una natural condición humana.

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Arco_(construcci%C3%B3n)

[2] Frankl, V. (1946). El hombre en busca de sentido. España. Ed. Herder. p. 128